Como aclara el genial Paul Horn en mi entrada anterior, hemos pasado de un modelo horizontal en el que el software lo hacía una empresa y el hardware otra diferente, al actual protagonizado por Apple, el vertical, donde una misma empresa es la responsable de todo el proceso.
En el actual enfrentamiento entre Google y Apple-Microsoft, los propietarios del principal buscador de internet han dado un puñetazo sobre la mesa y su medida de fuerza no ha sido otra que la compra, por 8.700 millones de euros, de Motorola Mobility, un clásico fabricante estadounidense que, de algún modo, da prestigio a Google y le aporta, aunque sea mediáticamente, prestigio o tradición. Es lo que criticaba Horn que le faltaba para estar a la altura de sus competidores. Ahora, en la guerra de las patentes, las fuerzas se han igualado.
Motorola, igual que le ha pasado a Nokia, no ha soportado el ritmo impuesto por Apple y su iPhone. Como deportista, aplicaría un símil para explicar lo que les ha ocurrido a estos dos fabricantes. Es como si en una competición que siempre dominan dos clubes (pongamos Barcelona y Madrid) basándose en un esquema tradicional, de pronto irrumpe un tercero que cuestiona todo y juega de una manera totalmente diferente. Los otros siguen siendo los mejores en lo que hacían (creo que Nokia fue fundamental en el despegue de la telefonía móvil y sus aparatos, tremendamente intuitivos, me parecieron durante mucho tiempo insuperables), pero es que ahora se trata de otro partido muy diferente. Apple cambió las normas y al público le entusiasmo, lo que pilló a Motorola y Nokia con el paso cambiado, mientras los asiáticos, siempre dispuestos a copiar aquello que funciona, se pusieron rápidamente a rueda.
Gráfico de demandas recientes entre compañías
Ante la iniciativa de Apple y Microsoft para quedarse con el paquete de patentes de Nortel, Google con esta operación no sólo gana prestigio y el know how de Motorola como fabricante, sino que consigue cerca de 25.000 patentes que le servirán para trabajar con tranquilidad en su prototipo de teléfono. Las dudas serán ahora cómo percibirán los 39 fabricantes que han apostado por Android esta verticalidad que adquiere Google, pues por una parte será socio, pero por otra una competencia cruel, como si en la fórmula uno o en Moto GP los vehículos satélites quisieran competir en igualdad de condiciones con los Ferraris u Hondas oficiales. Tanto Google como Motorola se han adelantado para dejar claro que Android seguirá siendo libre y que podrán utilizarlo todas las marcas que lo deseen.
Finalmente, dentro de los movimientos que se están produciendo, habrá que ver cómo responde Microsoft. Lo lógico es que esta noticia les lleve a estrechar lazos o incluso tratar de comprar Nokia, de manera que la empresa de Bill Gates apostará también por la verticalidad y Europa se quedará sin su única empresa puntera.
¡Excelente análisis! ¡Felicidades!
ResponderEliminarLa verdad, creo que Google se equivoca con el negocio vertical. Los fabricantes asiáticos se van a rebotar y por más que se esfuerce nunca será ni Apple ni Microsoft
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