jueves, 28 de julio de 2011

TELÉFONOS PARA NIÑOS



En toda Europa se vive la polémica sobre cuál es la edad mínima para que los niños accedan a su primer teléfono móvil. Según William Stewart, del Consejo Nacional de Protección Radiológica de Gran Bretaña, “los menores de 8 años no deberían utilizar teléfonos móviles, porque su cráneo aún no es suficientemente grueso y su sistema nervioso no está totalmente desarrollado y la radiación puede penetrar con más facilidad en su cerebro”.

A conclusiones similares llegaron en Francia, donde desde 2005 se está debatiendo intensamente sobre la posibilidad de prohibir totalmente el uso de móviles por parte de los menores de 6 años, aunque a la hora de la verdad todo se queda en palabras. De una u otra manera, lo cierto es que si bien hace 5 años todas las compañías de telefonía buscaban aliados estratégicos para sacar sus móviles para los más pequeños (Vodafone con Disney, Moviestar con Imaginarium), ahora parecen totalmente olvidados estos terminales.

La filosofía de estos primeros móviles, casi para niños en edad preescolar, no era otra que la tranquilidad por parte de los padres de que así podrían tener controlados a sus hijos a todas horas y éstos podrían recurrir a sus padres en cualquier momento. En algunos casos eran móviles desde los que sólo se podía llamar a un número o máximo a seis o siete, siempre previamente grabados en la memoria del teléfono, pero los maestros nunca vieron con buenos ojos esos aparatitos en el aula y posiblemente tenían razón.

LOS TELÉFONOS DE PANINI

Pero el móvil, igual que para los adolescentes, es un objeto de culto para los más pequeños que quieren copiar lo que hacen los mayores. En ese sentido he mirado los kioscos, claramente dominados por las revistas de Panini, y he observado que el gadget de moda no es otro que teléfonos totalmente inocentes, pero tremendamente divertidos incluso para los mayores. Terminales de Spiderman que en realidad son un poderoso lanzadiscos más propio de James Bond que del héroe arácnido, teléfonos de Caillou Y Noddy que en realidad son un pequeño telesketch para escribir las primeras palabras, sets de maquillaje de Bratz o Teens ocultos dentro de la carcasa de un iPhone. Todo un mundo de imaginación que no tiene las connotaciones negativas de los móviles reales, pero que sirven para que los peques de la casa jueguen a ser mayores y disfruten de un móvil sin riesgos.


Según Stewart, en los críos entre los 9 y los 14 años el uso del móvil debería estar limitado. Si me aplico yo el cuento, mis padres fueron negligentes, pues yo a los 11 años ya tenía mi primer móvil, uno con tarjeta prepago, que usaba continuamente sobre todo para enviar mensajes, que era la única manera de que el saldo me durara un poco más.
Personalmente estoy de acuerdo en que los menores de 9 años no tengan teléfono y que el primer móvil, como fue mi caso, sea de prepago. Hay que aprender a darle al terminal un uso adecuado y el abuso no es bueno. Es cierto que los teléfonos actuales encierran unas tremendas posibilidades de juego propias de las cónsolas portátiles, pero creo que hay un tiempo para cada cosa y no hay que caer en el friquismo (mirar http://mvlmania.blogspot.com/2011/07/los-moviles-principal-amenaza-para-las.html o http://mvlmania.blogspot.com/2011/05/probando-el-xperya-play.html que son dos muestras de las posibilidades lúdicas de los teléfonos actuales).

Hay que ser niño y hacer las cosas que hacen los niños: jugar, coleccionar cromos, ver la tele. El móvil no es un juguete, aunque algunas compañías quieren venderlo como tal.

Precisamente, ya que hablaba de Panini, los de los cromos (pero también los de los cómics y las revistas infantiles) decir que son también una de las principales empresas de recargas de telefonía y que muchas veces, cuando recargamos en el kiosco, el terminal utilizado para hacer la recarga es de Panini. Toda una garantía.

Y, para los amantes de los videojuegos, destacar que editan Game Master, una revista especializada bastante interesante, y en la cual tengo el honor de colaborar.


1 comentario:

  1. Interesante artículo. Por cierto, Cordobaan, no sabía que colaborabas en Game master

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